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Para subir al cielo: Tatiana Niembro Hernández

Para subir al cielo: Tatiana Niembro Hernández

por Raúl Mújica García | Ago 27, 2023 | No. 6 Eclipses, Reflejos

¿Por qué te decidiste a estudiar física? “Porque soy muy curiosa y quiero entender el Universo”. ¿Por qué estudiaste ciencias espaciales? “A mí me gustaría ir al espacio y lograr explorar lugares lejanos; para eso es necesario entender el viento solar y me encantaría estudiar las condiciones del viento solar”. Siguieron siete preguntas más. Unos meses después de esa entrevista, Tatiana estaría analizando datos del viento solar en Cambridge.  

Tatiana Niembro Hernández nació en la Ciudad de México, aunque toda su familia es de Veracruz. Trabaja en el Smithsonian Astrophysical Observatory, en el Center for Astrophysics Harvard & Smithsonian, en Cambridge, Massachusetts, analizando los datos de electrones, alfas y protones del viento solar (SWEAP, por sus siglas en inglés) a bordo del Parker Solar Probe, una nave espacial con la misión de acercarnos lo más posible al Sol.

Cursó la licenciatura en física, y la maestría y doctorado en ciencias espaciales, en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Desde 2008 estudia la atmósfera del Sol. Comenzó a estudiar el problema del calentamiento coronal y quedó fascinada por las eyecciones de masa coronal, las tormentas solares y el clima espacial.

Su vocación por la astronomía y el espacio apareció a temprana edad. Su abuela cuenta que, a los cinco años de edad, Tatiana dijo que quería ir a la NASA. La televisión tuvo efecto en su persona; programas como El tesoro del saber (del cual recuerda hasta la canción), así como los viajes y biografías de Cantinflas animado le ayudaban con su voraz curiosidad. Luego descubrió muchas revistas y libros.

Una noche, cuando caminaba en la playa con una luna gigante, vio el cielo lleno de estrellas. Fue tal el impacto que se dijo que quería ir al espacio, aunque no sabía cómo hacerlo y sus papás tampoco; pero siempre fomentaron su interés comprándole juegos y apoyándola en todo. Cuando cumplió 15 años, en lugar de fiesta pidió ir a la NASA, y así conoció Cabo Cañaveral.

Posteriormente, se enteró que el camino para lograr su sueño era estudiar física y después astrofísica. Se  enamoró de la física en la preparatoria, encantada más por la mecánica y las colisiones, que por las mezclas y olores de la química.

Ella nunca se ha considerado genio, ni una persona que lo domine todo. Lo que le motiva a seguir en esta carrera es la pasión y el amor por la ciencia.

Se enamoró de la UNAM desde un inicio, aunque su primer intento de ingreso fue fallido. Pero nada fue sencillo, pues provenía de una preparatoria exclusiva para mujeres y cambió al ambiente mixto, además pasó de tener altos promedios a bajas calificaciones. Esto le hizo dudar un poco, pero amigos y compañeros la apoyaron a ordenarse. Al cierre de la carrera, pudo equilibrar su vida académica mientras trabajaba, lo cual ha hecho desde muy joven.

Luego de cursar algunas materias de astronomía decidió que quería estudiar algo más tangible. Tocó puertas, visitó diferentes laboratorios y fue a visitas guiadas a los institutos de investigación. Durante una visita (que no estaba inicialmente destinada a ella) al Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica, conoció al doctor Eduardo Mendoza y se enamoró del Sol. Posteriormente, en el Instituto de Geofísica con el doctor Alejandro Lara, conocería las eyecciones de masa coronal, sobre las cuales haría su maestría y doctorado.

Tatiana nunca se ha considerado genio, ni una persona que lo domine todo. Lo que le motiva a seguir en esta carrera es la pasión y el amor por la ciencia. Considera que ser perseverante es fundamental en una carrera científica, y que es muy importante saber otros idiomas, para tener el cerebro más activo.

La doctora Niembro se siente un poco arqueóloga, porque estudia datos de lo que ya pasó y trata de predecir a través ellos. Se siente también periodista, por esperar ese instante en el que lleguen los datos y pueda decir: “ahora, ¿qué fue lo que viste?”, y rápidamente ocupar todas las herramientas para preguntarle al Sol “¿qué estás haciendo hoy, qué vas a hacer mañana?”.

Por si no fuera suficiente, combina su quehacer científico con el de la divulgación, para dar a la sociedad aquello que va aprendiendo. Fue parte de Nautilus, uno de los primeros grupos de divulgación de la facultad de ciencias de la UNAM, y actualmente continúa con esta labor.
Para hablar de sus logros recurre a su orígen jarocho y nos pone a La Bamba como ejemplo. La canción dice que para llegar al cielo se necesita una escalera grande. El truco, dice Tatiana, es que nunca vas a llegar a final de la escalera, pues es infinita, pero vas a subirla, y cada paso que avances cuenta; vas a valorar cada uno de los escalones que has subido.

Contacta a Tatiana Niembro en: tniembro@cfa.harvard.edu

Raúl Mújica García

Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica

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