La semilla de su arte se sembró durante la infancia, en el taller de taxidermia de su padre. Pedro González Bustos, mejor conocido como Peri, es un artista plástico nacido en Puebla que encuentra inspiración en la rica biodiversidad y la cultura de México.
Para entender cómo llegó al arte es necesario regresar a su infancia, a un lugar donde la realidad cotidiana parecía impregnada por un aire de misterio. Su papá, maestro taxidermista con más de 35 años de experiencia, le permitía acompañarlo en su taller. Para Peri, ese sitio era casi mágico, un reino de la metamorfosis, donde lo muerto se transformaba en vida y lo olvidado volvía a respirar, un lugar en donde el tiempo se detenía, y las pieles, los cráneos y las criaturas a medio restaurar parecían guardar secretos antiguos.
“Ahí fue donde aprendí a ver más allá de lo aparente, a explorar la esencia oculta de las cosas, a encontrar vida en lo que otros consideran vacío y, con el tiempo, esa conexión con lo salvaje y ese asombro por la metamorfosis se convirtieron en la esencia de mi obra”.
Combina lo fantástico y lo grotesco, buscando trascender la estética.
Se ha especializado en la fusión de especies de la flora y fauna mexicana con partes del cuerpo humano, explorando la intersección entre naturaleza y cultura. Combina lo fantástico y lo grotesco, buscando trascender la estética y provocar una conexión emocional con el espectador, invitándolo a un viaje que distorsiona la realidad para descubrir una belleza profunda, reflejada tanto en sus esculturas como en su obra pictórica.
Peri considera que el arte es una puerta hacia lo desconocido, un espacio en donde la realidad y la fantasía se mezclan y se expanden. También es una forma de explorar lo humano y lo natural, desde sus conexiones más profundas. Un territorio donde los sueños y el subconsciente tienen tanto peso como la realidad. “Es mi manera de conectar más allá de las palabras, un puente entre lo visible y lo oculto, capaz de cambiar nuestra visión de la realidad”.
Estudió administración turística y de la hospitalidad, sin embargo, nunca ejerció. “Fue como si el arte hubiera estado ahí susurrando y esperando el momento adecuado para salir a la superficie. Y aunque la carrera de turismo me dejó herramientas muy valiosas, mi burbuja siempre ha estado guiada por ese deseo de dar vida a lo surreal y de crear seres que desafían las fronteras de lo que creemos posible”.
Elaboró sus primeras obras cuando disecaba animales en el taller de su papá. Apasionado de la fantasía, pronto sintió que algo faltaba en su expresión artística. Fue así como empezó a experimentar haciendo mezclas de especies. “Mi obra tomó un giro hacia lo surrealista y fantástico. Ahí encontré una libertad única y un espacio en donde no existen límites”.
El arte es una puerta hacia lo desconocido, donde la realidad y la fantasía se mezclan y expanden.
Durante los primeros tres años de carrera como escultor profesional, su producción se centró en esculturas de resina, material que le permitió explorar y aprender. Al no haber estudiado arte, el proceso fue muy desafiante. Pero, al llevar a cabo todo el proceso de principio a fin, aprendió a fabricar los moldes de las piezas, hasta elaborar la reproducción en resina.
Con el tiempo sintió la necesidad de buscar algo más duradero, lo que lo llevó al mundo de los metales. “El bronce me gusta muchísimo, por su versatilidad, las pátinas, los colores. Y hoy quiero hacer mi obra en un material que pueda trascender el tiempo”. Peri ha utilizado una diversidad de materiales como bronce, resinas, plastilina, fibra de vidrio y silicón, así como distintos tipos de pintura, reflejo de su proceso de aprendizaje basado en la experimentación.
Hoy está 100% dedicado a esculpir y modelar cada una de sus obras. Y, cuando llega el momento de reproducirlas, ha encontrado un gran aliado que trabaja con diferentes tipos de metales. “Studio Fundidora, de mi gran amigo Omar Martínez, tiene años de experiencia en la producción de piezas de muchísima calidad y muchísima precisión; logran resultados escultóricos increíbles al reproducir las obras”.
Si Peri no está en su estudio esculpiendo, puede ser que lo encuentres haciendo ejercicio, leyendo, socializando con su familia o amigos, viendo una película o paseando en la naturaleza. Lo cierto es que siempre estará buscando, en los rincones ocultos de su imaginación, formas de plasmar aquello que desafía nuestras percepciones.
Conoce más de la obra de Peri en Instagram: @peri.arte
“El arte también es mantener viva la conexión con nuestras raíces y la cultura, que yo honro a través de formas y símbolos: la riqueza de nuestra tierra, su flora, la fauna, la esencia de lo que somos. Así se va preservando algo valioso que une lo antiguo con lo contemporáneo.”