Cada persona mira e interpreta con ojos distintos un mismo objeto, una misma obra de arte. Es parte de lo que Arturo Buitrón busca con cada una de sus pinturas, ofrecer una experiencia muy particular para cada espectador.
Entre sus técnicas favoritas está la encáustica, que utiliza una mezcla de pintura y cera, para dar a sus pinceladas una textura y juego de luces únicos. Nacido en la Ciudad de México, y egresado de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México, Arturo plasma en sus lienzos, de forma abstracta, nubes, naturaleza, edificios o torres, y paisaje aéreo.
No lo buscó, pero se descubrió pintando paisaje, y pintándose a sí mismo como observador.
En entrevista para Obsidiana, explicó cómo concibe su obra: “Reinterpreto lo que veo, a través de la memoria, el espacio, el territorio en donde nos desarrollamos, y siempre como un referente de la existencia. Cada persona tiene una percepción diferente del medio que nos rodea, interactuamos de forma distinta con ese medio o territorio y lo vamos transformando, incluso re interpretando. Y en esa interpretación generamos nuevos significados”.
Desde su visión de artista e individuo, Arturo percibe el mundo como algo maravilloso: “A menudo pienso en el milagro que es este planeta, y que difícilmente se podría repetir en el Universo otro sistema donde haya eso que llamamos vida. Creo que somos unos seres muy raros, porque nos lo estamos acabando, nos creemos eternos, invencibles”.
Los paisajes le fascinan. Considera que no fue intencional, no lo buscó, pero se descubrió pintando paisaje, y pintándose a sí mismo como observador. Confiesa que nunca se ha subido a un globo aerostático para mirar el paisaje desde arriba, pero tiende a pintar paisaje aéreo: “Me encanta soñar que vuelo, y eso influye en las vistas de lo que pinto. Y, aunque nunca aparezco en el lienzo, pretendo pintar lo que me rodea, el entorno en el cual estoy y, desde ese entorno, construyo”.
Le interesa ofrecer una provocación de golpe que permita redescubrir cosas.
A Arturo no le gusta hacer denuncia, no busca concientizar, simplemente quiere plasmar en sus cuadros un detonador que nos haga reflexionar. Tampoco le gusta la narrativa, “no me interesa contar historias lineales dentro de la pintura, ni siquiera desde la composición”.
Lo que sí le inspira e interesa es ofrecer una provocación de golpe que permita redescubrir cosas, o para que el espectador viaje dentro de la misma pintura y haga su propia lectura visual de eso que le están presentando.
Arturo es un maestro en el arte de mostrar sin mostrar, y lo explica con un ejemplo de su trabajo reciente: “Pinto primero una torre con pretensión realista, para después borrarla con otra capa de pintura, pero dejando el rastro, la huella de esa torre. Es una especie de ocultación con rastro visible”. Así, el observador de su obra debe participar de forma activa, descubrir esa imagen que está, de alguna manera, oculta.
Conoce más de la obra de Arturo Buitrón en Instagram: @arturobuitron
De 1983 a la fecha ha realizado más de 42 exposiciones y proyectos individuales, y ha participado en más de 60 exposiciones colectivas. Su obra forma parte de colecciones del Instituto Nacional de Cancerología, Fundación Sebastián A.C., el Museo Alfredo Zalce de Morelia, el Museo Universitario del Chopo, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la Secretaría de Relaciones Exteriores (mural Ollin, en la embajada de México en Lisboa, Portugal), la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, la Delegación Xochimilco y el Centro de Arte Contemporáneo El Piramidón de Barcelona, España.
Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) en las emisiones 2009 (con el proyecto Paisaje Rizoma) y 2014 (con Círculo abierto). En 1996 obtuvo la beca de Jóvenes Creadores del Fonca. En 2000 fue becario del Programa de Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales del Fonca y de la Fundación Cultural Bancomer. En 2002 obtuvo una beca del programa Arte por todas partes de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México. A partir de 2014, forma parte del programa de adquisición y promoción del Grupo Milenio.