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Anillo de diamantes, atmósfera turbulenta y el beso de la sombra de la Luna: 1991

Anillo de diamantes, atmósfera turbulenta y el beso de la sombra de la Luna: 1991

por Emiliano Cassani | Ago 27, 2023 | Amorfo, No. 6 Eclipses

Seguramente has leído sobre propuestas de matrimonio de ensueño; emotivas, algunas muy privadas, otras algo excéntricas. Se sabe que los anillos tienen una connotación de compromiso y fidelidad; este ritual cargado de simbolismos nos recuerda que se entregan argollas de matrimonio porque se representa el amor eterno. Bueno, pues nuestro país no sólo fue testigo, sino el protagonista de la que se conoce como la propuesta de matrimonio más romántica de todos los tiempos.

Es así que, un anillo repleto de diamantes, una atmósfera turbulenta por el cambio de temperatura, un cambio en la velocidad y dirección del viento, las aves agrupándose en busca del nido, abejas que regresaban a sus panales y hasta arañas desarmando sus redes, fueron el magnífico contexto para el beso de la sombra de la Luna.

Un 11 de julio de 1991, a las 11:47 de la mañana en La Paz, Baja California, hizo su aparición y a las 13:46 hrs. se despidió de México. Los días previos el clima no había sido favorable para el extraordinario evento debido a los ventarrones, lluvias intensas y cielos nublados; finalmente, para el día esperado, el cielo se abrió y millones de personas disfrutaron del acontecimiento en 20 entidades de nuestro país.

Fotografía de Jesús Galindo Trejo.

Tal fue la relevancia del evento que, ese día en específico, muchos empleados gubernamentales tuvieron día de asueto, las empresas otorgaron un tiempo libre a sus trabajadores y en las calles el tránsito vehicular fue mínimo.

La propuesta de matrimonio vino directamente del eclipse de Sol más importante del siglo pasado, y que tuvo como lugar ideal para su observación La Paz, Baja California. Fue así que los designios del cielo y la astronomía se juraron amor eterno en nuestro México.

Un 11 de julio de 1991, los designios del cielo y la astronomía se juraron amor eterno en nuestro México.

“Cuando la Luna casi cubría al Sol, los cráteres que están en la orilla de nuestro satélite dejaban pasar la luz del Sol de manera desigual; esto provocaba que se viera como un anillo lleno de diamantes. Cuando hay un eclipse, al taparse el Sol, la corona que se formará es una sorpresa porque el Sol tiene campo magnético; entonces, dependiendo de la intensidad y la dirección del campo magnético, será la forma de la corona. En particular, el eclipse solar del 91 tuvo una corona bellísima”, relató la divulgadora científica, la doctora Julieta Fierro Gossman.

Hipnotizados ante la belleza, todos aplaudían al unísono

“El Eclipse solar de 1991 fue un éxito rotundo en nuestro país, porque la mayoría de la población lo pudo observar de manera segura. Quien lo vio de manera directa lo hizo a través de filtros que cumplían con las certificaciones correspondientes, pero nos aseguramos de que las televisoras nacionales lo transmitieran en tiempo real para que, sin importar la entidad federativa en la que se encontraran, lo pudieran disfrutar.

“El día previo fue terrible, se realizó una mesa redonda al aire libre con medios de comunicación de todas partes del mundo: japoneses, alemanes, italianos, ingleses, estadounidenses, entre otros. Justo cuando comenzó, apareció un fuerte viento acompañado de lluvia; nos tenía preocupados que al día siguiente estuviera nublado. De hecho, quienes me despertaron fueron mis hijos, me levanté con el corazón estrujado, pero al ver el cielo despejado me llené de alegría”, nos cuenta la doctora Julieta Fierro, quien recientemente ha sido integrada como miembro honorario a la Academia de Estadounidense de Ciencias y Artes.

Un fenómeno natural como el que se vivió fue de tal belleza que las personas que lo presenciaron prácticamente quedaron hipnotizadas ante la majestuosidad.

“Fue un día especial porque había acampado con mis hijos. Para cuando llegó ese momento nos acostamos en el pasto; estábamos agarrados de la mano, y alrededor de nosotros podíamos escuchar gritos de emoción, aplausos al unísono; en realidad fue una fiesta. Podría comparar ese momento con alguien que sube una montaña y llega a la cima.

“Se me llenaron los ojos de lágrimas, y se me erizó la piel al ver que la ciencia había cumplido con su cometido: intentar seguir entendiéndonos y comprendiendo el Universo”, describió Julieta Fierro.

Secretarías de Estado ponen en riesgo a todos los mexicanos al ignorar próximos eclipses

“Para estos eclipses no ha habido manera de convocar a la Secretaría de Gobernación (Segob), ni a la Secretaría de Educación Pública (SEP), ni a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, tampoco a la Secretaría de Turismo y mucho menos a las autoridades de la Secretaría de Salud. No ha habido manera de organizar la observación segura de los eclipses solares que se podrán ver en nuestro país. El 14 de octubre de 2023, en la Península de Yucatán, se apreciará un eclipse anular. Apenas seis meses después, el 8 de abril de 2024 ocurrirá un eclipse total que será visible en el norte de México”, lamenta la doctora Julieta Fierro, quien también ocupa la silla XXV de la Academia Mexicana de la Lengua.

Se me llenaron los ojos de lágrimas, y se me erizó la piel al ver que la ciencia había cumplido con su cometido.

Es importante mencionar que el siguiente eclipse total de Sol en México ocurrirá hasta el 30 de marzo de 2052, lo que hace aún más significativos los dos eventos próximos ya mencionados. “Me parece inaudito que, ante la cercanía de un evento como el que está a punto de acontecer en nuestro país, el Secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela y el Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López Gatell hayan ignorado por completo mis llamadas y mis correos para que con urgencia se haga una estrategia de salud que muestre a la población cómo observar los eclipses solares de manera segura. La SEP también me ha ignorado totalmente para capacitar a los docentes mexicanos”, recrimina la astrónoma Fierro Gossman, Premio Latinoamericano de Popularización de la Ciencia.

Fotografía de Jesús Galindo Trejo.

Comités Intersecretariales, una forma efectiva para abordar la observación de los eclipses

La doctora Julieta Fierro relata que quien identificó el peligro que representaba el eclipse de 1991 para la sociedad mexicana fue el que, en ese momento, era el director del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México, el doctor Alfonso Serrano Pérez-Grovas; quien también es reconocido por crear la mayor infraestructura científica nacional, el Gran Telescopio Milimétrico, instrumento que recientemente participó en el proyecto internacional que culminó con la primera imagen de un agujero negro en el Universo.

“Por fortuna, Alfonso Serrano tuvo la gran idea de hablar con el entonces Secretario de Gobernación, Fernando Gutiérrez Barrios, para formar un Comité Intersecretarial que generara una estrategia nacional para observar de manera segura el eclipse, y en realidad esto fue lo más importante. Ese Comité nombró un responsable directo de la Segob que tuviera presencia en todas las reuniones con gobernadores y demás secretarías, para que todos se incorporaran a la estrategia nacional.

“Estuvo muy involucrado el Secretario de Salud, estaba preocupado por que la población se enterara que no era seguro voltear a ver el cielo durante el eclipse de Sol, porque eso podía quemar la retina o inflamarla. Alfonso Serrano y yo viajamos a todos los lugares en los que se iba a ver la totalidad del eclipse para hablar con los gobernadores estatales, e iban representantes de todo el Comité Intersecretarial (Secretaría de Educación Pública, Secretaría de Gobernación, Secretaría de Salud, Secretaría de Turismo, Secretaría de Comunicaciones y Transportes)”, recordó la doctora Fierro Gossman.

“De manera importante, el entonces Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología participó en la estrategia nacional, puesto que garantizó que el mejor lugar para la observación fuera La Paz, Baja California, en donde se darían cita los mejores investigadores nacionales, listos para recibir a sus pares internacionales.

La Universidad Autónoma de Baja California Sur, en La Paz, proporcionó toda la infraestructura para que los profesionales pudieran estar ahí. También se convocó al Sistema de Seguridad Nacional, y todavía estaba la Policía Federal. Al menos en La Paz, donde yo estuve con los investigadores, había toda una logística para que los caminos estuvieran abiertos para todo aquel que trajera equipo especial para la observación del eclipse, y que la llegada al aeropuerto estuviera bien controlada; hubo una movilización espléndida en ese lugar”, puntualizó la doctora Julieta Fierro haciendo un llamado para que lo más pronto posible las autoridades nacionales tomen cartas en el asunto.

Emiliano Cassani
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