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El sistema electoral alemán mixto

El sistema electoral alemán mixto

por Miguel Ángel Padilla Acosta | Abr 27, 2024 | Espejo, No. 9 Matemáticas Electorales

Ningún resultado comicial es “químicamente puro”, ni existe un sistema electoral perfecto; pero todos se conciben en principio para lograr resultados limpios e incuestionables que aseguren estabilidad política. Para este último fin, es importante prevenir la eventual sobrerrepresentación o subrepresentación de un partido; obvio es que un sistema de elecciones que desde su concepción las permitiera o incluso las fomente sería altamente cuestionable, si es que no francamente antidemocrático, si alguien pensó en el mexicano, les aseguro que es mera coincidencia.

En este artículo nos ocupamos del sistema electoral alemán porque ha demostrado ser eficaz en la formación de gobiernos representativos y, generalmente, muy estables por un período de cuatro años, conforme a los principios del sufragio universal, directo, libre, igualitario y secreto.

En Alemania, el sistema electoral mixto (es decir, con diputados por distrito y plurinominales) combina efectivamente la proporcionalidad y la representación, lo cual contribuye a generar un parlamento plural, diverso y equitativo. La esencia de este sistema radica en el equilibrio de la elección por las vías: plurinominal y uninominal; es decir, la conexión directa entre votantes y representantes, sin dejar de lado la representación proporcional de los partidos.

Un acento del sistema alemán se encuentra en la representación proporcional, a favor de la pluralidad, ya que permite la participación de partidos más pequeños sin sacrificar la gobernabilidad ni excluir o dificultar la creación de nuevos partidos. Podría ser su principal virtud y, en contraste, la fuente de una problemática actual: el crecimiento sostenido y sin límite del número de diputados en el Bundestag. 

El sistema electoral alemán ha demostrado ser eficaz en la formación de gobiernos representativos.

Para elegir a los diputados del Parlamento Federal de Alemania (Bundestag), el sistema establece que 299 son de circunscripción uninominal, es decir, distrito electoral; y los otros 299 iniciales, dado que la cifra puede crecer, son plurinominales. Los representantes electos en esos distritos, no necesariamente postulados por algún partido, son electos directamente por los votantes de su circunscripción, con la idea, ilusoria o no, de que hay y se mantiene un vínculo directo entre los electores y sus diputados.

De cada distrito surge así un ganador por mayoría relativa, que se queda con la diputación, no importa cuál sea su porcentaje de votos. Al voto mediante el cual se elige por esta vía un diputado se le llama “primer voto”. Estos 299 diputados serían algo así como el “primer piso”, una base sólida inconmovible de entrada de la representación democrática de los ciudadanos.

Por otro lado, para efectos de la representación proporcional, los partidos postulan en todo el país listas de candidatos de partido en cada Estado federado (llamadas Landesliste). Una vez asignados los diputados uninominales, la votación proporcional en estas listas es la protagonista del resto del proceso de asignación de diputaciones.

El voto por una lista, llamada “segundo voto”, es el determinante para la distribución de todos los escaños para los partidos en el Bundestag. Mediante esta otra “mitad” del sistema, se garantiza una representación más fiel de la diversidad de opiniones políticas expresadas por los partidos.

Para la distribución de escaños se aplican dos etapas de distribución, cada una con dos pasos de cálculo, de conformidad con el artículo 6 de la Ley Electoral Federal. Para las cuatro etapas de cálculo se utiliza el método de redondeo de Sainte-Laguë/Schepers.

Lo principal aquí es resaltar que en Alemania, en cada elección federal, los ciudadanos tienen dos votos. No hay que perder de vista que el “primer voto” es en principio para una persona, sea o no postulado por un partido, mientras que el “segundo voto” lo es expresamente para un partido. 

Para asegurar estabilidad política es importante prevenir la sobrerrepresentación o subrepresentación de un partido.

En un ejemplo práctico, un votante de los Verdes puede favorecer con su primer voto al candidato del SPD en su distrito, porque tiene mayores posibilidades de ganarle al candidato de la CDU; pero puede darle su segundo voto a los Verdes, para que cuente para el porcentaje nacional.

En Alemania el sistema electoral opera de la siguiente manera:

a) Para empezar, se establece un “umbral” electoral a partir de dos criterios por igual. En el reparto de escaños, únicamente se tienen en cuenta los partidos que obtienen al menos 5% de los segundos votos válidos emitidos en la zona electoral, o bien, ganan al menos tres diputaciones de distrito. Los partidos que no superan este umbral, no obtienen diputaciones en el Bundestag. Así se evita la atomización del parlamento en minipartidos.

b) Si en los distritos uninominales un partido obtiene más escaños uninominales de los que le corresponden, dado su porcentaje de segundos votos, se dice que hay entonces sobrerrepresentación. A ese número de escaños se les llama “mandatos extra” o “excedentes”.

Puesto que no es opción anular dichos mandatos (ni mucho menos la transferencia de votos o escaños a otros partidos, así sean integrantes de una coalición) se otorgan “mandatos compensatorios”, dada la importancia otorgada a la proporcionalidad y equidad en la distribución de escaños.

La diferencia con México es que el número de diputados plurinominales en Alemania no está limitado por arriba (en México son 200 diputados plurinominales en total). En Alemania se comienza repartiendo los 299 diputados plurinominales entre los partidos, tratando de hacerlo de tal manera que el porcentaje de diputados en el Bundestag de cada partido se iguale con su porcentaje de votos. Si los 299 diputados plurinominales bastan para ello, ahí termina la repartición. Si no son suficientes, se agregan más, hasta que se obtiene la proporcionalidad necesaria de los diputados por partido. Alcanzar esta representación proporcional genuina es siempre posible, si no hay una cota superior para el número de diputados plurinominales.

Miguel Ángel Padilla Acosta

Diplomático jubilado. Doctor en economía

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