La integración de las computadoras en todos los aspectos de la vida común ha transformado la forma en que interactuamos y participamos en la sociedad, pero no ha fortalecido aún eso que creemos entender por democracia, y menos si hablamos de ciudadanía digital.
El voto a través de internet podría ser un vehículo para generar confianza sobre un proceso de manifestación de la voluntad propia, que ya no dependería de un tiempo y espacio específicos, como el voto en casillas (ritual democrático de multitudes en un día y horario dados).
¿Por qué no se puede adoptar el voto por internet tan fácilmente? Si bien existe cierta confianza ciega a la información producida por la computadora, que se podría equiparar a un “pensamiento mágico” de y desde lo electrónico como única verdad, dicha confianza está circunscrita únicamente a la actividad de mercado o financiera, además de la interacción social de divertimento que se vende como inofensiva y, por lo tanto, no daña la vida misma.
Votar por internet puede ampliar la participación dándole más confidencialidad, incluso en la secrecía del hogar, pero la visión de los organizadores de elecciones tradicionales sigue dando peso al espacio público de la casilla. Sin embargo, en una casilla los votantes se sienten muchas veces amenazados, son acarreados, o se ven forzados a exhibir su voto y presenciar escenas de violencia, situaciones que se pueden evitar al votar desde su computadora personal, teléfono celular o tableta.
El éxito o el fracaso del voto por internet depende de una variedad de factores, incluidos: la infraestructura tecnológica, la seguridad cibernética, el conocimiento y la educación de los votantes sobre el proceso digital, lo cual genera la confianza del público y permite una adopción general, tal como sucede hoy con los bancos o con las redes sociales digitales.
Votar por internet puede ampliar la participación, incluso en la secrecía del hogar.
La construcción de la confianza digital puede entenderse desde el punto de vista de Paul Virilio en su libro La inseguridad del territorio. Resaltan tres tipos de confianza:
Confianza en el territorio o el espacio. Se basa en la idea de que el espacio es un lugar seguro y familiar. Sin embargo, la velocidad y la instantaneidad de la comunicación han hecho que el espacio sea hoy más vulnerable a la amenaza.
Confianza en el tiempo. Se basa en la idea de que podemos controlar nuestro propio destino. Sin embargo, la aceleración del tiempo ha hecho que el futuro sea más impredecible.
Confianza en la tecnología. Se basa en la idea de que la tecnología nos hará la vida más fácil y segura. Sin embargo, también puede ser utilizada para dañarnos. La creciente dependencia de la tecnología nos hace vulnerables a fallos técnicos, sabotajes y ataques cibernéticos, argumento en el que se basan quienes rechazan el voto por internet.
Bajo esta óptica, la educación de los votantes es el factor crucial en cualquier sistema electoral, ya sea tradicional o electrónico, y es piedra angular cuando se implementan tecnologías como el voto electrónico o el voto por internet.
La educación de los votantes es piedra angular cuando se implementan tecnologías.
Diferencias entre el voto en papel, electrónico y por internet
Analicemos el voto por internet como vehículo de transformación y desbloqueo de la democracia durante el periodo de votación de un proceso electoral. Si bien Bélgica es el país pionero en la exploración, es a partir de 2005 que Estonia, una sociedad pequeña, se muestra al mundo como un caso exitoso al implantar la opción del voto por internet, como un camino viable para re-expresar o repensar la democracia.
Algunos factores a considerar en el manejo del voto a través de internet pueden fortalecer nuestra democracia en los próximos años, cuando la presión por una vida digital sea evidente:
1. Accesibilidad y conveniencia. Una de las principales ventajas del voto por internet es su capacidad para eliminar las barreras tradicionales que pueden dificultar la participación electoral.
2. Seguridad y precisión. El voto por internet puede ser seguro y confiable cuando se implementan las medidas adecuadas de ciberseguridad. En muchos casos puede ser incluso más seguro que los métodos tradicionales de votación. La criptología puede proteger la integridad de los votos, garantizar que únicamente participen los votantes autorizados y ofrecer una mayor precisión en el recuento, reduciendo la posibilidad de errores humanos o manipulación.
3. Eficiencia y reducción de costos. Al eliminar la impresión y distribución de papeletas electorales físicas se evitan las copias apócrifas para rellenar urnas, o el tortuoso proceso de contar y recontar los votos manualmente. El programa de resultados preliminares puede dejar de tener sentido al obtener el conteo en forma digital. Además, el voto en línea reduce los costos asociados con la organización de elecciones, entre ellos, los relacionados con la instalación de casillas, la impresión de papelería electoral, la logística de transportación de casillas a los distritos electorales, la concentración y el almacenamiento físico de las boletas que, además, representa un riesgo.
4. Inclusión y participación ciudadana. Al hacer que el proceso de votación sea más accesible, conveniente y seguro, el voto por internet tiene el potencial de fomentar una mayor inclusión y participación ciudadana en la toma de decisiones democráticas.
El voto por internet transforma las elecciones, se reducen costos y permite procesos electorales confiables y transparentes.
Algunos resultados positivos
El voto por internet en Estonia ha sido especialmente beneficioso para los ciudadanos que viven en el extranjero o en áreas rurales, eliminando la distancia como obstáculo para votar. En las elecciones parlamentarias de 2019, más del 44% de todos los votos fueron emitidos a través del sistema en línea. Este rango de participación electoral puede implicar que existe ya una confianza digital por parte de los ciudadanos, y el voto por internet amplía de facto el alcance de la democracia, rompiendo las barreras tradicionales de territorio y tiempo, lo que garantiza a los ciudadanos la oportunidad de ejercer su derecho al voto, independientemente de su ubicación geográfica o circunstancias personales.
El éxito en Estonia ha inspirado a otros países a considerar la adopción de sistemas similares. Finlandia, Suiza y Noruega han expresado interés en explorar el voto electrónico para mejorar la participación electoral y modernizar el proceso democrático que proviene del siglo XIX. En las elecciones locales de Corea del Sur, en 2018, el voto en línea representó alrededor del 11% del total de votos emitidos.
Conclusiones
Es evidente que el voto por internet es un proceso que transforma las elecciones, pues se reducen costos y permite tener procesos electorales confiables y transparentes. Alentar el uso del voto por internet implica desarrollar una confianza digital que no existe aún para este tipo de acciones en nuestro quehacer social. Además, adoptarlo permitiría a los ciudadanos dar seguimiento al resultado de la votación una vez concluido el periodo de elección y auditarlo tantas veces como se desee, situación que es muy compleja en el voto de papel y de máquinas de votación.
Para emitir su voto de forma segura en un sistema de voto por internet basado en cifrado normal, un votante debería tener conocimientos básicos para saber cómo verificar que su voto fue contabilizado correctamente y cómo participar en la auditoría de los resultados. En general, los conocimientos necesarios para emitir un voto seguro en una plataforma de voto por internet basado en criptología son relativamente básicos y pueden ser adquiridos por cualquier votante con un poco de educación y capacitación sobre el mundo digital.