El agua es, sin duda, el recurso más valioso y esencial para la vida en nuestro planeta. A pesar de su abundancia en la naturaleza, su disponibilidad para el consumo humano y otras actividades cruciales es limitada. Nos encontramos en un punto crítico: la gestión eficiente y la conservación de este recurso ya no son una opción, sino una necesidad urgente.

Enfrentamos una situación compleja y tenemos que mirarla desde varias perspectivas. Por ello, en el número 11 de Obsidiana exploramos a fondo la crisis del agua, pero también nos adentramos en las soluciones que podemos adoptar para garantizar un futuro sostenible, gracias a la capacidad humana para innovar y crear cambios significativos.

40% de la población mundial vive en condiciones de estrés hídrico, algo sin precedentes. En el 2050 habrá 3 mil millones de habitantes más en el planeta, que demandarán agua y alimentos. El informe, publicado en agosto de 2024 por la revista Science, estima en 4,400 millones las personas perjudicadas por la contaminación y carencia del agua.

40% de la población mundial vive en condiciones de estrés hídrico, algo sin precedentes.

Es fundamental que adoptemos hábitos sostenibles, reducir el desperdicio, frenar la sobreexplotación del recurso, la deforestación y el uso ineficiente del agua. Existen medidas para conservarla y distribuirla democráticamente, pero no involucran a todas las escalas y todos los actores: el hogar, las comunidades, la industria y los diferentes niveles de gobierno.

Necesitamos infraestructura robusta que permita distribuir, tratar, reciclar y preservar el agua de forma eficiente. Las soluciones están a nuestro alcance: tecnologías avanzadas e innovadoras para el tratamiento de aguas residuales, sistemas de riego más eficientes y políticas públicas que prioricen el cuidado del agua.

Cada artículo en esta edición es una pieza clave para desmenuzar el entramado hídrico que nos rodea. Las historias que compartimos destacan la importancia de comprender y revalorar cómo usamos el recurso vital. El agua, más que un simple elemento, es un espejo que refleja nuestras decisiones, nuestra cultura y nuestra visión del futuro.

Los autores presentan un panorama preocupante, pero lleno de esperanza y posibilidades. Manuel Perló analiza los beneficios y perjuicios de las grandes obras hidráulicas, y Santiago Echarri nos lleva a reflexionar sobre la paradoja de expulsar agua por los desagües mientras importamos más para cubrir la demanda.

El agua es un espejo que refleja nuestras decisiones, nuestra cultura y nuestra visión del futuro.

Loreta Castro nos recuerda la historia hídrica de la Ciudad de México y los desafíos que enfrenta para mitigar la escasez y las inundaciones. Gerardo Jiménez y Alfredo Camhaji enfatizan la necesidad urgente de un cambio de paradigma en la gobernanza del agua y en la planificación urbana, con un enfoque basado en derechos y sostenibilidad.

Raúl Hernández y Gisela Herrerías explican cómo incrementar el volumen de agua limpia disponible con la regeneración hidroagroecológica de las cuencas. María del Carmen Orihuela, Beatriz Rodríguez y Velino Rodríguez resaltan la importancia de la participación comunitaria en la conservación de los bosques de agua.

Óscar Monroy cuestiona si realmente se aprovecha al máximo el agua que tenemos. Expertos como Francisco Bonilla, Alicia Acosta, Gabriela Quiroz y Yosu Rodríguez también comparten su valiosa visión, reflexiones y propuestas.

Este número de Obsidiana es una invitación a replantear nuestra relación con el agua, a cuestionar cómo la usamos y qué podemos hacer para protegerla. Porque, al final del día, el agua nos define y es la clave para nuestro futuro común. Esto es un asunto de sostenibilidad ambiental, de estabilidad social y económica. Recordemos que cada gota cuenta, y depende de nosotros proteger cada una de ellas.