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Una caminata con los guardianes cuidadores de los bosques de agua

Una caminata con los guardianes cuidadores de los bosques de agua

por Beatriz Rodríguez Díaz  •  Comuneros | Ago 24, 2024 | Espejo, No. 11 Agua

Actualmente es una preocupación el vital líquido llamado agua, compuesto por dos moléculas de hidrógeno y una de oxígeno, que permite la presencia de vida en el planeta Tierra y constituye una gema como obsidiana, muy preciada para la naturaleza y la Ciudad de México.

Las montañas de la Sierra Chichinautzin, que en algún momento de la historia hicieron erupción, han conformado a través del tiempo el hábitat para el alojamiento de varias comunidades: San Bernabé Ocotepec, San Nicolás Totolapan y Magdalena Atliti. Los comuneros, actores sociales más importantes de la región, construyen las realidades de los paisajes constituidos por rocas de origen volcánico, materia prima para que se formen diversos ecosistemas, suelos que permiten la vida de diferentes tipos de fauna y flora y nos cuentan, en su propio territorio, la historia de la movilidad del ciclo del agua.

Los comuneros son los actores sociales más importantes de la región.

El agua no se pierde, solo se transforma en la naturaleza, puede ser en el aire como vapor, en ríos o manantiales como líquidos, incluso en copos de nieve como sucedió en diciembre en las puntas de las montañas. Así admiramos los cambios de dicho líquido, como un riachuelo que “desaparece” en una zona y “aparece” como escurrimientos en otra; el agua busca sus propias salidas para llamar la atención e invitarnos a tratarla con delicadeza, asomándose en pequeños charcos, a través de las rocas, o simplemente humedeciendo las tierras para que crezcan los helechos, así es la vida del agua en los bosques.

El “lenguaje” del agua se traduce en sus combinaciones con cualquier elemento. Hoy, por ejemplo, hay más contaminación, como la del río Magdalena; no obstante, el agua sigue presente aún en época de sequías. Ingresa por las partes bajas de las montañas, pero emerge humedeciendo los suelos, propiciando abundante vegetación. Es así que en la Universidad Rosario Castellanos iniciamos una travesía con los cuidadores de los bosques, conocidos como los guardianes de Magdalena Contreras. En estas caminatas participan los comuneros, acompañados por estudiantes y profesionistas.

El agua busca sus propias salidas para llamar la atención e invitarnos a tratarla con delicadeza.

Estos recorridos a lo largo de la sierra permiten establecer qué lugares necesitan mantenimiento para propiciar la recuperación de los caudales de agua. Estrategias como esta son importantes para dar respuesta a las preocupaciones de las comunidades. La siguiente fase es la de proponer talleres dirigidos a los comuneros y ejidatarios, que contribuyan a encontrar soluciones acordes a sus propios contextos y necesidades.

Beatriz Rodríguez Díaz

Universidad Rosario Castellanos

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